El monóxido de carbono, un asesino silencioso

De nuestro corresponsal en Gran Bretaña

LA INTOXICACIÓN por monóxido de carbono procedente de aparatos de calefacción doméstica defectuosos se cobra todos los años unas cincuenta vidas en Gran Bretaña. “El monóxido de carbono constituye, después del asbesto, la causa única más común de intoxicación laboral y doméstica”, informa la organización London Hazards Centre Trust. ¿Qué es el monóxido de carbono?

Es un gas que se forma cuando se produce una combustión incompleta, sea en el motor de un vehículo o en los aparatos de calefacción que funcionan con carbón u otros combustibles fósiles, especialmente gas. Es incoloro, inodoro e insípido. ¿Cómo ocasiona la muerte?

La toxicidad del monóxido de carbono radica en el hecho de que los glóbulos rojos de la sangre, cuya función es transportar el oxígeno vital a los tejidos, absorben este gas antes que el oxígeno. La intoxicación se produce cuando el organismo se ve privado de oxígeno. La exposición prolongada a emisiones bajas de monóxido de carbono puede resultar en daño cerebral permanente. Algunos de los síntomas son: dolores de cabeza, somnolencia, debilidad, mareo, náuseas y desfallecimiento; y en casos graves: pulso débil, coma e insuficiencia respiratoria. Ante una intoxicación aguda es esencial administrar oxígeno a la víctima y practicarle la respiración artificial sin demora antes de que muera de asfixia por no llegarle suficiente oxígeno al cerebro.

¿Qué puede hacerse para evitar los peligros del monóxido de carbono? Asegúrese de que un profesional revise y ajuste todos los aparatos regularmente. La coloración amarilla de la llama del gas, en lugar de azul, es una señal de que la combustión es irregular y de que tal vez se produzcan emisiones de monóxido de carbono. Hay a la venta diversos tipos de alarmas domésticas que indican la presencia de dicho gas. No sea nunca descuidado cuando utilice aparatos que puedan emitirlo.

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Llama irregular

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Llama normal

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Hay a la venta diversos tipos de alarmas domésticas para el monóxido de carbono