Observando el mundo
Observando el mundo
De los 5.296 supuestos productos ecológicos que se inspeccionaron en Canadá y Estados Unidos, el 95% contenían en sus etiquetas “afirmaciones no demostradas de beneficios ambientales” (TIME, ESTADOS UNIDOS).
El personal de seguridad del aeropuerto internacional de Bangkok “notó algo extraño” al pasar por los rayos X el equipaje de una pasajera. Al abrir la maleta, descubrieron un cachorro de tigre sedado (FONDO MUNDIAL PARA LA NATURALEZA, TAILANDIA)
La biodiversidad de la Amazonia
La cuenca del río Amazonas es una de las regiones con mayor biodiversidad que se conocen. Según un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), tan solo en la década pasada se descubrieron y clasificaron más de mil doscientas especies de plantas, así como de peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos. Eso significa que en la Amazonia se descubre, en promedio, una especie cada tres días. “El número de descubrimientos es increíble —comenta Sarah Hutchison, coordinadora del WWF en Brasil—, y esto sin contar la infinidad de insectos que se están encontrando.”
Estrés en el trabajo
Una quinta parte de los finlandeses piensa que sus problemas de concentración y falta de memoria afectan su desempeño laboral. Según un informe del Instituto Finlandés de Seguridad Ocupacional, dicha situación aflige cada vez más a personas menores de 35 años, cuando su cerebro debería estar en toda su plenitud. Se cree que dos de las causas son la sobrecarga de información y los constantes cambios en los sistemas informáticos. “Son tantos los datos que deben procesar que a muchos les resulta difícil determinar cuáles son indispensables para el trabajo y cuáles no”, observa la profesora Kiti Müller. Por su parte, el periódico Helsinki Times señala: “Si el estrés se prolonga, el cerebro termina por adaptarse y deja de alertarnos cuando la carga es excesiva... claro, hasta que estamos muy enfermos”.
¿Pensar en juegos alimenta la agresividad?
¿Cuánto le dura la agresividad a alguien que ha jugado un videojuego violento? Un grupo de investigadores seleccionó al azar estudiantes de ambos sexos para que jugaran durante veinte minutos videojuegos, unos violentos y otros no. Después se le pidió a la mitad de cada grupo que pensara en el juego que le había tocado. “Al día siguiente —continúa el informe—, los estudiantes participaron en una competencia cuyo premio consistía en someter al contrincante a ruidos insoportables mediante auriculares.” Al final se detectó mayor agresividad entre los hombres que habían pensado en el juego violento. Según la revista Social Psychological and Personality Science, los autores del estudio aseveraron: “Quienes juegan videojuegos violentos suelen jugar por más de veinte minutos y, al parecer, piensan en ellos constantemente”. No se observaron cambios importantes entre las mujeres, quienes por lo general rehúyen este tipo de videojuegos.