Se construye para la alabanza de Jehová
Se construye para la alabanza de Jehová
“No puedo creer lo que veo. Nunca me imaginé que algún día tendríamos un lugar tan hermoso para reunirnos y alabar a Jehová. ¡La alegría que siento no tiene precio!”—MARÍA (MÉXICO).
A LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ les encanta reunirse para aprender acerca de la Palabra de Dios, la Biblia (Salmo 27:4; Hebreos 10:23-25). Y les gusta hacerlo sobre todo en lugares de adoración dignos. En los últimos años han construido en un gran número de países miles de nuevos centros de reunión llamados Salones del Reino.
¿Por qué se ha realizado toda esta construcción? ¿Quiénes hacen el trabajo? Y ¿qué efecto tiene esta obra en los trabajadores? Para contestar dichas preguntas, veamos lo que se ha estado llevando a cabo en México y Belice.
Se necesitan miles de Salones del Reino más
En el pasado, los testigos de Jehová de México se reunían para adorar a Dios en cualquier sitio disponible: patios, hogares de Testigos, almacenes, garajes o lugares alquilados. Esos leales Testigos a menudo pensaban en lo bueno que sería construir sus propios Salones del Reino.
En 1994 había 388.000 Testigos en México. Una encuesta realizada ese año reveló que si todos querían tener su propio lugar de adoración, sería necesario construir 3.300 nuevos salones. ¡Qué enorme tarea!
Para entonces, algunas congregaciones edificaban sus propios Salones del Reino cuando podían costear los gastos. Pero durante los siguientes cinco años quedó claro que, para mantenerse al paso con la demanda, tendrían que construirse más salones, y más rápidamente. ¿Cómo se está satisfaciendo dicha necesidad?
Grupos itinerantes de voluntarios especializados
En 1999 se inició un nuevo programa de construcción de Salones del Reino en México. Por todo el país empezaron a formarse grupos de testigos de Jehová —muchos de los cuales sabían de construcción— que se ofrecieron para participar en este emocionante programa. En la actualidad, México cuenta con 35 de estos grupos, y se ha organizado uno en Belice.
Los Grupos de Construcción de Salones del Reino suelen componerse de unos ocho voluntarios —hombres y mujeres— que trabajan a tiempo completo. Aunque no reciben un sueldo, están felices de hacer esta labor. Estos grupos se trasladan de una zona a otra del país para encabezar las obras. Cada voluntario
trabaja ocho horas diarias de lunes a viernes, y un sábado sí y otro no. Su jornada empieza a las 7.00 de la mañana con el análisis de un texto bíblico, seguido por el desayuno. Todos están listos para hacer cualquier labor que se les pida. Por ejemplo, las mujeres, al igual que los hombres, enlucen paredes, ponen losetas, pintan, etc.La congregación local pone su granito de arena al suministrar alojamiento, lavar la ropa y preparar los alimentos para los voluntarios del grupo. Además de colaborar en la construcción de un salón, los voluntarios y los Testigos de la congregación local disfrutan mutuamente de su compañía en las reuniones cristianas y mientras predican de casa en casa.
Las bendiciones de ser un voluntario
¿Qué opinan los voluntarios del trabajo que desempeñan? Daniel, quien lleva más de tres años trabajando de voluntario, hace la siguiente reflexión: “Es cierto que pasamos calor y también frío, comemos alimentos a los que no estamos acostumbrados, nos trasladamos con frecuencia, vivimos lejos de nuestras familias y a menudo carecemos de muchas comodidades modernas. Pero las dificultades son insignificantes en comparación con las bendiciones que recibimos”.
¿Cuáles son algunas de esas bendiciones? Muchos de los voluntarios aprenden nuevas técnicas de construcción. Pero según Carlos, quien supervisa uno de los grupos más grandes, hay un beneficio más importante: “Nos sentimos como una familia de veinte miembros —dice él—. Comemos, trabajamos, estudiamos y oramos juntos. Nos hemos hecho grandes amigos”.
Los grupos de construcción también forjan vínculos estrechos de amistad con las congregaciones a las que ayudan. José, quien ha participado en más de cien proyectos, dice: “Es maravilloso ver las lágrimas de alegría y las sonrisas de agradecimiento cuando los miembros de la congregación ven cumplido su sueño de tener un nuevo Salón del Reino”. Agrega: “Es un gran gozo saber que hasta el pequeño papel que desempeñamos en la construcción de una nueva casa para la adoración pura fortalece la fe de los hermanos”.
¡Un logro asombroso!
Estos centros de adoración no son ostentosos, sino más bien sencillos, lo cual facilita una construcción rápida y económica. Cuando es posible, se emplean materiales y métodos de construcción locales. Así, se puede construir un salón nuevo en tan solo seis semanas.
En 2007, todas las congregaciones de Belice ya contaban con nuevos Salones del Reino, un total de diecisiete. En México se han construido más de mil cuatrocientos tan solo desde 1999.
Mateo 9:37). El número de Testigos en México supera los 600.000, y todos se congregan tres veces por semana para recibir enseñanza de la Palabra de Dios. Por lo tanto, aún hacen falta casi dos mil salones más. Si esta obra de construcción voluntaria dependiera únicamente de los esfuerzos humanos, sería imposible alcanzar dicha meta. Pero como indican los resultados, con el respaldo de Jehová Dios, “todas las cosas son posibles” (Mateo 19:26).
Aunque se ha logrado mucho, todavía queda bastante trabajo por hacer ([Ilustración y recuadro de la página 22]
“Lo que dicen, lo hacen”
Los miembros de la congregación local de los testigos de Jehová no son los únicos en cuya vida puede influir la construcción de un Salón del Reino. Por ejemplo, durante una construcción en Belice, un señor le dijo a su esposa —quien pertenece a la religión pentecostal— que cuando los testigos de Jehová terminaran de construir su “iglesia”, él quería asistir a sus reuniones. ¿Por qué quería hacerlo? “Se ve que Dios está con ellos —afirmó—. No pelean cuando trabajan juntos, y lo que dicen, lo hacen.”
[Ilustración]
Salón del Reino en Orange Walk (Belice)
[Ilustraciones y recuadro de la página 23]
Un esfuerzo mundial
Se han organizado Grupos de Construcción de Salones del Reino en 120 países. A continuación se detallan tan solo algunos de los lugares donde los voluntarios se entregan con gusto a esta obra:
Angola, Bolivia, Croacia, Etiopía, Fiyi, Ghana, Hong Kong, India, Jamaica, Kazajistán, Liberia, Moldavia, Nigeria, Papúa Nueva Guinea, República Dominicana, Ruanda, Tuvalu, Ucrania, Venezuela y Zambia.
[Ilustraciones]
Salón del Reino en Acapulco (México)
Miembros de un Grupo de Construcción de Salones del Reino en México
[Ilustración de la página 23]
Salón del Reino en Tlaxcala (México)