Millones de personas mueren todos los años debido a la desnutrición y a las enfermedades causadas por la pobreza extrema. Aunque hay países ricos, una enorme cantidad de personas viven en la miseria. La Biblia dice que la pobreza siempre ha sido un problema común. (Lea Juan 12:8.)

Para terminar con la pobreza se necesita un gobierno mundial que reparta los recursos del planeta de manera justa. Este gobierno también tendría que acabar con las guerras, que es una de las principales causas de la pobreza. Ese es el gobierno que Dios promete. (Lea Daniel 2:44.)

Dios ha escogido a su Hijo, Jesucristo, para que gobierne a la humanidad (Salmo 2:4-8). Jesús ayudará a los pobres y terminará con la opresión y la violencia. (Lea Salmo 72:8, 12-14.)

Jesucristo, el “Príncipe de Paz”, establecerá en todo el mundo paz y seguridad. Entonces, todos los humanos disfrutarán de un hogar, un trabajo agradable y alimento en abundancia. (Lea Isaías 9:6, 7; 65:21-23.)