A principios de agosto de 2024, se formó una tormenta tropical sobre el océano Atlántico, pero rápidamente se convirtió en el huracán Debby. El 5 de agosto, este huracán —de categoría 1— tocó tierra cerca de Steinhatchee (Florida, Estados Unidos) con vientos sostenidos de 130 kilómetros por hora (80 millas por hora). Además, la tormenta produjo al menos 12 tornados a su paso. Cientos de miles de personas se quedaron sin electricidad por culpa de los fuertes vientos y las lluvias torrenciales. En Estados Unidos, murieron como mínimo ocho personas.

Luego, Debby, que se convirtió en una fuerte tormenta tropical, se desplazó lentamente al norte, hacia Canadá. El viernes 9 de agosto, cayeron en la provincia de Quebec hasta 22 centímetros (8 pulgadas) de lluvia en menos de 24 horas, es decir, 220 litros por metro cuadrado. Estas lluvias torrenciales inundaron casas, dañaron parte de las infraestructuras de la provincia y obligaron a cientos de personas a abandonar sus hogares y refugiarse en zonas más seguras. Los informes indican que en Canadá murió una persona.

Estados Unidos

• Ninguno de nuestros hermanos perdió la vida.

• 1 publicador fue hospitalizado.

• 23 publicadores tuvieron que abandonar sus hogares.

• 7 casas sufrieron daños graves.

• 60 casas sufrieron daños leves.

• 1 Salón del Reino sufrió daños leves.

Canadá

• Ninguno de nuestros hermanos perdió la vida. Pero, tristemente, un estudiante de la Biblia falleció en un deslizamiento de tierra.

• 1 publicador resultó herido.

• 23 publicadores tuvieron que abandonar sus hogares, pero la mayoría ya ha regresado a su casa.

• 2 casas sufrieron daños graves.

• 165 casas sufrieron daños leves.

• Ningún Salón del Reino sufrió daños ni fue destruido.

• Los superintendentes de circuito y los ancianos de las zonas afectadas de Estados Unidos y Canadá están consolando con la Biblia y ayudando de otras maneras a quienes lo necesitan.

• En Canadá, se formó un Comité de Socorro, y está ayudando en todo lo que se necesita.

Seguimos orando por los que se han visto afectados por esta fuerte tormenta. Nos consuela saber que Jehová siempre es “nuestra salvación en tiempos de angustia” (Isaías 33:2).